Soneto I
Fray Alejandro R. Ferreirós
Hoy le canto a Dios agradecido
porque alumbró el camino de mi vida
con su presencia cálida y querida
en el amor cercano de un amigo.
Bálsamo de sentirme comprendido
confidencia de ilusiones y secretos
una ayuda fiel en los aprietos
y el abrigo cándido y sentido.
La palabra justa y anhelada
si dudaba en los cruces de caminos
o como peregrino me cansaba...
la mano que, tendida, me apretaba
compartiendo esperanzas y destino
y en el peregrinar me acompañaba.
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